Agenda tensa
Se viven momentos inéditos en la redacción de la Agenda Cultural El Embudo. El grupo de precarizades que escarba en la mugre de la red social buscando eventos en buen estado para sumar a las propuestas culturales de un fin de semana épico, informan al grupo de precarizades que diseñan esas perlas para derramar nuevamente en el Volcadero de las redes sociales que obtuvieron una recaudación récord: 65 gemas.
Como Uber’s en días de paro de colectivo y lluvia, les precarizades del área de diseño saben que este finde largo el pueblo en masa busca qué hacer en El Embudo. Se cumplirán las palabras del sabio Evangelio según Oferta y Demanda que señala que los ingresos treparán hasta las fuerzas del cielo. “Más eventos, más turismo, más visitas, más pauta”, reflexionan con cierta lógica los Canva Operators.
Envalentonadas tras consultar con el Chat CGT, plantean una medida de fuerza: nada de flyers hasta que no aparezca un bono de semana santa. Reclaman un gesto de la matronal. La tensión crece, no vuela un tweet.
El personal de planta permanente del sector de Marketing, con más de doce años de carrera, y sin ideas ni estímulos desde hace una década, no hizo nada para aprovechar el viento de cola de un fin de semana inigualable. Como siempre, se limitan a responder las consultas que llegan de potenciales anunciantes de una manera parca. “No queremos seducir a nadie, tenemos miedo de que nos denuncien por acosadores”, dicen confundiendo todo.
Enredados en traders que tiran la posta para llenarse de guita sin hacer nada; gente que dice barbaridades para ser tendencia y luego se disculpa para volver a ser tendencia; vendedores del ‘yo puedo todo’ y domadores de algoritmo, los 9711 followers de Instagram y 14.485 de Facebook de este medio ni cuenta se dan de la ausencia. Los recolectores culturales son nuevamente invisibilizados.
Cuatro o cinco precarizades comunicadores que generan su contenido a partir del reciclaje de les estoicos embudines transpiran un poco al no visualizar en la feria de la virtualidad la por ellos preciada información cultural. No se animan a preguntar y aguardan una solución mágica. Una conciliación obligatoria que destrabe el conflicto, o sólo quedará reproducir los eventos que llueven desde los canales oficiales.
Anoticiada de la revuelta, la carismática y hegemónica persona gestante de este monopólico medio de comunicación irrumpe triunfante en la húmeda y penumbrosa redacción. Carga en el maletín vouchers sin cargo para la Gran Paella del Club Tilcara que se hará en el Patito Sirirí. Reparte dos a cada precarizade miembro del staff de diseñadores y recolectores. Los flyers empiezan a fluir y los Data Entry de la cultura paranaense tipean evento tras evento. La casa está en orden.
La invalidez de los vouchers truchos sólo será corroborada una vez que la información ya haya sido publicada. La alegría de les precarizades trabajadores de El Embudo caerá bruscamente como infante que se desliza por primera vez por el Robot.