Esto iba a ser una nota sobre las actividades en vacaciones de invierno
En vacaciones de invierno siempre tuvimos muchas visitas a las diferentes plataformas de El Embudo. Todos los años el pico de clics llegaba en Julio por los eventos infantiles y luego se aplanaba la curva de visitas (ahre).
Esto iba a ser una nota sobre las actividades en vacaciones de invierno. La idea era brindar un repaso de la programación del Festival de Espectáculos Infantiles que sale por Canal Once; del ciclo virtual “VanCanciones de Invierno” que se transmite desde Concordia; del “Mariarte en Vacaciones” que se emite desde María Grande. Hablar con los protagonistas, presentar las propuestas y demás. Cumplir con uno de los objetivos de El Embudo, difundir las actividades culturales que acontecen en la ciudad y la región.
Por ahí la mayoría no se dio cuenta, pero desde el inicio de la cuarentena El Embudo se llamó a silencio. Web caída, última edición impresa en marzo y prácticamente nula actualización de las redes sociales. Cuarentena = cierre de los cosos culturales = sinsentido de El Embudo.
Si durante la cuarentena les artistas son considerados NO esenciales, un medio que difunde lo que hacen les artistes también lo es. Reactivar este medio sin ninguna aclaración sobre el parate y retomar como si nada no sería sincero. Sabemos que nadie está esperando una explicación, lo escribimos para nosotros mismos, lo necesitamos compartir. Por eso, esta nota ya no será sobre las actividades en vacaciones de invierno.
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Un evento cultural, no sólo es el hecho artístico que acontece, sino también el encuentro que produce. Encuentro entre les artistas con el público durante el hacer cultural y el cruce en la previa y en el post entre todos los involucrados. Todos mezclados, dialogando, riendo, pensando. La falta de encuentro hace mella en el pensar. Pese a que parece haber más tiempo disponible, se piensa menos en cuarentena. Más divertido y menos doloroso es mirar Tik Tok.
Con cierto enojo, negación al cambio impuesto y porqué no capricho, desde El Embudo nos hemos negado a darle carácter de actividad cultural a todo tipo de streaming que ande dando vueltas. Así y todo, frente al desastre que esta interrupción produce en los ya flacos ingresos de les artistas locales, compartimos y celebramos los intentos de arrimar un mango para pasarla menos mal en este momento.
Para quienes de alguna manera interactuamos, desde el lugar que sea, en el quehacer cultural de la ciudad, la cuarentena produjo un hueco, un vacío. La tendencia es a rellenar el agujero, y muchas medidas han ido necesariamente en ese sentido. Pero desde El Embudo nos quedamos contemplando el bache. Y pensamos que el bache tiene que estar, es necesario que se note la falta. Creemos que si hubiésemos seguido con normalidad difundiendo streaming varios, charlas virtuales y demás alternativas que fueron surgiendo íbamos a contribuir a tapar el bache. Y lo íbamos a hacer como se tapan los baches por estos lares: mal o masomenos.
En la virtualidad no existe el abrazo, no hay roce, no hay miradas cómplices, no hay otro, no es posible un intercambio profundo y mucho menos si tenés Gigared. Hay una clara pérdida de la cercanía, da lo mismo ver el espectáculo de un artista local que al Cirque du Soleil. A “Manso y Patota” los quiero cruzar después de la función en el Teatro y pegarles un abrazo cálido y agradecerles las risas, no los quiero ver en el Once. La pantalla aleja lo que sentimos cercano y a veces puede acercar aquello que está lejano.
Durante este período que aún estamos transitando, cuestión que complejiza su análisis, desde las entidades estatales se aprovechó el tiempo para realizar todo tipo de relevamientos y empadronamientos. De artistas, de espacios, de artesanos, de bibliotecas y hasta de baches... Obteniendo, a mi criterio tras semejante loable labor, el título de “Capital Nacional del Bache”. Y aquí viene un giro argumental.
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Anoten genios del emprendedurismo, el coaching odontológico, la biopsicodecopornotranscodificación y del ver en los problemas una oportunidad. Cuando todo esto pase, vamos a lanzar la “Fiesta Nacional del Bache”. Vamos a reemplazar al subversivo Mate que no hace más que propagar enfermedad, propiciar la reunión social y promover una orgía de saliva contaminada y manoseo antihigiénico del porongo. El Mate, ese artefacto irresponsable, anticuarentena e impulsor de la indisciplina social. Objeto cruel que está en las antípodas de los ejemplares billetes sanitizados que intercambiamos por provisiones alimenticias sanitizadas en esos templos estériles donde resisten sonrientes desde la trinchera de la línea de caja los enmascarados héroes de la nueva normalidad.
Escriban cráneos, el bache será sagrado, como las vacas en la India. No se podrán tocar, no se deberán arreglar, serán libres de crecer y multiplicarse. Crearemos la Dirección Municipal del Bache, nombraremos patrimonio cultural a los Baches Históricos de la Ciudad. Se armará la Comisión de Amigos del Bache, sacaremos contratos a los pavote para les amigues.
Apunten fenómenos, en la Fiesta habrá un concurso de sommelier de baches, gentes de todo el mundo vendrán hipnotizados a probar nuestros cráteres, obnubilados quedarán al verlos. Contrataremos artistas locales a bajo costo, los cuales verán demorados sus cobros por su falta de compromiso social, porque la mayoría no deben tener al día el monotributo, ni ingresos brutos de ATER, ni la tasa por Inspección Sanitaria, Higiene, Profilaxis y Seguridad de la Muni, deben adeudar períodos de AFIM o están retrasados en las rendiciones de algún FEICAC que tampoco les pagamos.
Tomen nota cracks, armaremos un hermoso patio gastronómico con food trucks frente al Patito Sirirí. Le alquilaremos el espacio a Armándola y les otres privades antes que hagan las torres. Será un boom de gente, va a explotar. Habrá hamburguesas grandes y chorreantes, birra artesanal, limonada en frasco, y usaremos hastag, muchos hastag, #foodporn #burgers #craftbeer #cervezaartesanal #bache #altobache #hepatalgina. La señora del gobernador estará contenta y eso hará que el gobernador esté contento, y una noche haremos una videollamada con Alberto y nos mostrará una filmina con datos, y sobre la situación de Vicentín dirá que arrancarán expropiando la Sala Saltimbanquis y “después vemos”, y en su discurso muchas veces dirá “todes”, ¿todes, entendés? y todes les presentes se mojarán, ahhh cómo se van a mojarrrr. Lo veo, sabés que lo veo, como Fidel y el Che bajando de Sierra Maestra, el tío Beto bajando en traje del piso 87 del edificio de Puerto Madero con la boina y un barbijo con los colores de la diversidad al grito de “volvimos mejores, volvimos”...
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Perdón, se hizo extensa la cosa. Esto iba a ser una nota sobre las actividades en vacaciones de invierno pero se propagó para cualquier lado por culpa del asado, el mate, las reuniones con amigos y la esposa del intendente de Bovril.
Antes de finalizar, a los que les interese les contamos que desde El Embudo estamos en pleno reacomodamiento. No sabemos bien cómo vamos a continuar. Por lo pronto nos pusimos a trabajar en la nueva web y estamos pensando formato y contenido para retomar la edición impresa. Este mes de Julio estaríamos cumpliendo 8 años, y al igual que los años anteriores, no hubiésemos ni haremos nada para festejarlo, de amargados, ermitaños y tacaños que somos.
Por último, y para que no nos tilden de “enamorados de” o “antis”, y así despejar dudas sobre nuestra postura ante la cuarentena, haré mías las palabras de Rumpelstiltskin en la película Shrek. Para siempre el capítulo final: “no es ni buena ni mala, sino todo lo contrario”.
Martín Calvo
Director El Embudo